Fui al Ayuntamiento hoy...

Como muchos ya saben, estamos en medio de un lío con el Ayuntamiento de Barcelona en cuanto a nuestro local “El Lokal” (se entiende, ¿no?). Debido a una queja formalizada por un vecino por detectar demasiado ruido (¿hay otro tipo de ambiente con jóvenes?) se hizo una investigación y recibimos la orden de cesar todas las actividades en diez días por falta de una licencia adecuada. No cabe decir que con esa noticia pasamos a un estado de alerta roja.

Las notas y SMS de apoyo y solidaridad han sido abrumadoras. Desde Sur África, hasta Madrid distintas personas nos animaron a luchar, a hacernos “okupas”, organizar una manifestación enfrente del Ayuntamiento, invitar a Andreu Buenafuente a grabarlo todo; algunos incluso han sugerido que orásemos... Más de 50 comunicaciones y siguen llegando...

Mientras tanto, nos hemos enterado que como una iglesia ya reconocida por el Ministerio de Justicia, ¡no hace falta ninguna licencia! Un abogado nos prestó sus servicios para poner las alegaciones en leguaje de Cicerón. Armado con todo eso, fui al Ayuntamiento.

Después de 90 minutos de investigación junto a la jefa de licencias del Ayuntamiento, estudiando todos los reglamentos pertinentes, con una pila de documentación preparada para mostrar lo buenos y razonables que somos, descubrimos que, para ellos, el asunto al presente no es la obtención de licencia, sino una serie de problemas técnicas de la propiedad. ¡En fin! (patatas en latín...)

Lo interesante es como de fuerte y masivo es el deseo de esta generación para unirse a la batalla. De verdad me ha sorprendido la potencia y profundidad del sentimiento expresado por algunos. Si esta no es la batalla adecuada, ¡espero que alguna venga pronto para canalizar y dejar correr la fuerza de esta generación!