06 diciembre 2005

Llévate un par de tijeras

La vida es corta... ¿por qué gastarla en amargura y remordimiento?

Esta semana, he conversado con varias personas que han atravesado episodios difíciles en sus vidas. Se han tenido que enfrentar con la injusticia, calumnia y estafa – emocional, ¡y monetaria! Me pregunto: ¿cómo se debe aconsejar cuando las circunstancias se vuelven fuera de lo normal?

Siempre hay que hacer frente a los hechos, examinar dónde y cómo se puede arreglar, pedir perdón, a veces buscar una justa reclamación. Pero cuando ya has llegado al final de los recursos a tu alcance, ¿qué pasa?

¡Tijeretazo!

Demasiada gente arrastra lastres, bolsillos de veneno en sus almas, como resultado de injusticias sufridas en el pasado. “Soy así porque mi padre, mi jefe, mi pastor, aquel sin vergüenza (elige uno) me ha hecho mal...” Han llegado a sentirse cómodos con su enfermedad, sustituyen las expresiones de lástima que su historia evoca de los demás por la motivación natural de crecimiento en su vida. Tal vez tienen la razón en el argumento, pero se hunden bajo el peso de rencor que se va acumulando en el interior. Poco a poco se encierran en su mundillo de compasión hacia si mismos hasta llegar a una parálisis social.

¡Corta y suelta las pérdidas y muévete hacia delante! Nuestro llamamiento es ser luces en un mundo oscuro, y el mundo es bien oscuro…

Me gustan las instrucciones que Jesús dio a sus discípulos cuando les envió a los pueblos de Israel: Si alguien os recibe, haced vuestro trabajo allí; si no, “sacudid el polvo de vuestros pies” y buscad otro lugar. Puedes pasar toda la vida contando por qué estás confinad@ a la cama o le puedes pedir al médico que extirpe tu cáncer. Tú decides.

1 Comments:

At 06 diciembre, 2005 19:52, Blogger Kenny said...

Curiosamente, han surgido en nuestro tiempo, muchas ciencias que justamente se dedican a encontrar las causas de trauma y justificar el mantenese en esa actitud. Hablo de ciertas ramas de medicina, psicología e incluso historia a veces. Claro que no significa que debemos olvidarnos de esas cosas que han provocado algo terrible en nosotros, no es tan fácil, pero el contemplarlas contínuament, como contemplar cualquier cosa demasiado tiempo, nos hará acercarnos más y más a ello, dándonos una semejnaza espeluznantemente semejante a lo mismo que inicialmente queríamos rechazar con todas las fuerzas que teníamos.

 

Publicar un comentario

<< Home