15 octubre 2009

Vergüenza o humildad?

Hola de nuevo a todos! Ya que estamos en mediados de octubre, es tiempo de reanudar el blog!

Acabo de volver de una conferencia en Inglaterra. La sala de reuniones allí albergaba un cuadro enorme con el famoso “Hijo Pródigo” pintado por Rembrandt van Rijn. Existe muchos análisis detallados sobre todos los signos encrustados en la obra maestra (para empezar, fíjate en las diferencia del tamaño y aspecto de las dos manos del padre...) pero lo que me interesó en esta ocasión fue contemplar las dos palabras que el lienzo evoca: “vergüenza” y “humildad”. Parecen más o menos iguales, pero la confusión entre las dos era el impulso que llevó al chico, y a muchos más, hacía su “porquería” particular.

Nuestros amigos en la RAE definen “vergüenza” como:
“turbación de ánimo...ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena”.

Entonces, es fácil observar que este tío, bien inflado de auto-importancia, “avergonzó” al padre por demandar la herencia familiar con antelación insultante. Después de derrochar su fortuna de forma “vergonzosa”, tanto para él como para la familia, llegó literalmente a la porquera (curiosamente, es desde este contexto que cogemos la palabra “porquería” en el castellano moderno), vistiendo sus visiones de gloria en los feces de los cerdos.

Por otro lado, su rescate vino en la forma de humildad o: “virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades” (RAE). Cuando “volvió en sí”, determinó regresar a su padre y, en humildad, admitir sus errores, exponiéndose como quien era realmente: alguien que no merecía nada. El padre respondió a este acto de humildad no sólo restaurándole en su lugar como hijo, sino además derramando honores sobre él hasta provocar la vergüenza del otro hijo, rabioso de celos.

La paradoja invita a la reflexión: en su intento de exagerar su importancia, el hijo cosechó vergüenza, precisamente lo que quería evitar. Cuando reconoció quien era, ni más ni menos, cosechó honor, precisamente lo que no buscaba. (Para leer toda la historia, clika akí)

Vergüenza o humildad: ¿cuál vale la pena establecer como meta de la vida?

2 Comments:

At 21 octubre, 2009 02:41, Blogger Jean P said...

Yo votaría por humildad! me imagino que si me avergüenzo de algún comportamiento mío pero me falta humildad, puedo por orgullo no reconocer mi error y seguir en mi mal camino...

 
At 21 octubre, 2009 13:54, Blogger Curtis Clewett said...

Creo k entiendo...

 

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