13 julio 2009

Crónicas Americanas IV: El Gran Noroeste

Para muchos Europeos, cuando piensan en los EEUU, las ciudades de Nueva York, Miami, tal vez San Francisco y Los Angeles son las imágenes más usuales. Pero los altísimos pinos, abetos y sequoias, y las majésticas montañas de hasta 3.500 metros hacen el Noroeste un mundo aparte. Mi mujer Patti, viene de Oregon y con puñados de nuestros parientes viviendo en Washington, tuvimos el privilegio de añadir a estos dos estados a nuestro itinerario.

Llegamos justo en mayo durante el brote de flores increíbles por su color y abundancia. Todavía estaba nevando en las montañas, ofreciéndonos paisajes espectaculares.

En Oregon, no hay impuestos tipo VAT! Es un paraíso para campistas y hippies que pueden crecer su propia marijuana en las colinas y más o menos hacer lo que quiera en las verdantes y valles oscuros del oeste del estado. El modo de transporte típica es la camioneta, con escopeta y hacha colgado en la ventana trasera para demostrar hombría y quitar los troncos que pudieran haber caído en la ruta hacia tu cabaña o remolque. Literalmente, Patti y yo vivimos en una cabaña de troncos en nuestros primeros años de matrimonio allí! Algunos inventan otras maneras de viajar como este tió con todos las comdidades presente en su barco-casa. Bueno...

Claro, hay ciudades modernas como Portland (donde Rudy Fenández es todavía el héroe de turno para los Portland Trailblazers equipo de básket), pero es el sabor rústico que tipifica este estado que comparte frontera con California.

La única nota negativa fue un episodio de la gota, que me redujo a un cojo, con bastón incluído. Navegaba los terminales aeroportuarios con sillas de ruedas que me hacía sentir viejo y ridículo pero, de verdad, pudimos embarcar primeros en los vuelos que no fue mal!

Con la presente, concluímos nuestras crónicas de América. Espero que hayas dsifrutado de estas pinceladas de la vida más allá del atlántico y que tal vez puedas acompañarnos en un próximo viaje.