09 marzo 2010

en memorium...

Me desperté dos veces ayer por la madrugada. A las tres menos veinte, Patti me golpeó y gimió, “¿tu madre ya falleció o estaba soñando?” A las tres llegó la llamada telefónica confirmando que sí, después de 83 años de vida a tope, mi madre murió. Interesantemente, paró de respirar justa al momento que Patti lo había presentido. Asombroso como tales coincidencias aparecen cuando un alma rasga el velo entre el temporal y la eternidad.

Ahora, estoy en el aeropuerto de Barcelona, esperando los vuelos que me llevarán a Hawaii para hacer la despedida final junto con la familia. Sus restos mortales se enterrarán pero su legado de humor y lealtad absoluto a su Salvador vivirán a través de los miles que han sido afectado por su bondad y generosidad.

Quiero agradecer a todos que han sido vigilando con nosotros durante estos últimos meses de la batalla valiente contra el monstruo de cáncer cerebral. 

¿DONDE ESTA, OH MUERTE, TU VICTORIA? ¿DONDE, OH SEPULCRO, TU AGUIJON?