01 junio 2010

Preguntas para nuevas "generaciones"

¿Has visto las noticias? Craig Venter, el flamante descifrador del genoma humano, ha creado una nueva forma de vida en el laboratorio. ¿Un paso más hacia el sueño humano de ser su propio dios?

Pues, la verdad es que no ha creado vida exactamente. En realidad primero logró diseñar secuencias de material ADN por ordenador. Luego cosió centenares de miles juntos, inyectó el resultado en una bacteria, y ¡voilà! la bacteria ahora replica nuevas instancias de sí misma con la nueva secuencia - una célula sintética. No ha creado la máquina, pero sí el software, un verdadero hito en los avances de la investigación genética. Aún así, no nos aventuremos a visualizar inmediatamente ejércitos de robots o criaturas hechas de lodo como en las películas como  “Yo, Robot” o “El señor de los anillos”, todavía...

El descubrimiento, sin embargo, sí está levantando preguntas profundas que tal vez parezcan esotéricas ahora, pero pronto se convertirán en temas más polémicas que el aborto y la eutanasia.

Mientras el Sr. Venter y otros investigadores se apresuran en crear nuevas “generaciones” de vida artificial, aquí planteo algunas de las preguntas que tendrán que considerar las próximas “generaciones” de seres humanos:

¿A qué precio? El laboratorio de Venter ya está buscando patentes sobre los procesos utilizados para crear “Synthia”, su nuevo microbio. En el texto presentado para la protección de la propiedad intelectual, Venter pide de primeras “un precio desorbitado por el uso de los datos”. ¿La capacidad de crear o manipular seres orgánicos siempre debe ir al mejor postor? Si el desplegamiento de algunos procesos llegan a ser universal, ¿deberíamos permitir que el Sr. Venter, como un nuevo Bill Gates, monopolice la distribución?

¿Quién determinará qué uso es nocivo y cuál es beneficioso? El equilibrio y la biodiversidad de nuestro planeta es bastante frágil, y nuestra historia está repleta con invenciones y procesos supuestamente creados para el bien del ser humano (DDT, fisión atómica, Coca Cola) que, con el tiempo y más investigación, pueden llegar a demostrarse más una maldición que bendición. Pero una forma de vida capaz de multiplicarse en billones de réplicas en cuestión de días, puede crear un arma de destrucción masiva incalculable. ¿Qué comisión sin ánimo de lucro o prejuicio va a controlar y determinar qué aplicaciones de la misma son seguras y cuáles peligrosas?

¿Y Dios? Si nosotros somos capaces de crear nuevos seres, ¿significa que somos dioses sobre nuestras creaciones? ¿Ahora tendremos el poder absoluto para determinar valores éticos y las mores sociales tanto para ellos como para nosotros mismos?

¿Mi opinión? Creo que Dios aún se ríe (de verdad!) de nuestra más reciente caída en la antigua tentación: “seréis como Dios”. Creo que sólo Él guardará el secreto de cómo dar la vida aunque estamos muy cerca de manipular cómo y de qué manera se replica. Y por mi parte, estoy bastante contento porque es Él, y no el Sr. Venter o una oficina de patentes, quien determine quién la tiene y quién no.

1 Comments:

At 04 junio, 2010 00:27, Anonymous jordi butron :D said...

interesante la verdad :D la verdad es que no se como dios nos deja hacer todo lo que hacemos... estamos volviendo hombro por panga a todas las cosas... cual es el fin de todo esto?

 

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