12 diciembre 2005

¿Hay quién vive allí?


Marte siempre ha sido un objeto de fascinación para los observadores de nuestro planeta. ¿Hay vida allí? ¿Existe algún tipo de criatura que camine o se arrastre por la superficie de nuestro vecino rojo?

Hace poco, vehículos robots de la NASA encontraron evidencia innegable de la existencia de agua – uno de los ingredientes imprescindibles para organismos orgánicos – en Marte. ¿Qué pasará si más indagaciones revelan la existencia de una colonia de seres conscientes (con o sin antenas) en Marte u otro planeta en los confines de la galaxia? ¿Cómo se puede compaginar un descubrimiento de tal dimensión con la Navidad, la narración del rescate especial de la raza humana? ¿El hallazgo de otros pueblos alienígenas volverá superflua la venida de Cristo a “la tercera roca desde el sol” que nosotros, terrícolas, celebramos durante esta temporada?

La comunidad científica está cada vez más resignada* a aceptar que estamos solos en el cosmos pero... si algún día nos enteramos que las hazañas de Capitán Kirk fueron basadas más en hechos reales que ficción, o que las criaturas que Han-Solo encontró en aquel café no eran simplemente invenciones de Spielberg; no va a causar problemas teológicos para mí.

Quiero ser el primero en la cola para entrevistarles sobre sus formas religiosas, cómo son sus ritos y maneras de expresar su alabanza. Tal vez su historia de redención vaya a ser muy distinta que la nuestra, pero sé quién será su redentor.

*Un artículo muy interesante sobre el tema (en inglés)

06 diciembre 2005

Llévate un par de tijeras

La vida es corta... ¿por qué gastarla en amargura y remordimiento?

Esta semana, he conversado con varias personas que han atravesado episodios difíciles en sus vidas. Se han tenido que enfrentar con la injusticia, calumnia y estafa – emocional, ¡y monetaria! Me pregunto: ¿cómo se debe aconsejar cuando las circunstancias se vuelven fuera de lo normal?

Siempre hay que hacer frente a los hechos, examinar dónde y cómo se puede arreglar, pedir perdón, a veces buscar una justa reclamación. Pero cuando ya has llegado al final de los recursos a tu alcance, ¿qué pasa?

¡Tijeretazo!

Demasiada gente arrastra lastres, bolsillos de veneno en sus almas, como resultado de injusticias sufridas en el pasado. “Soy así porque mi padre, mi jefe, mi pastor, aquel sin vergüenza (elige uno) me ha hecho mal...” Han llegado a sentirse cómodos con su enfermedad, sustituyen las expresiones de lástima que su historia evoca de los demás por la motivación natural de crecimiento en su vida. Tal vez tienen la razón en el argumento, pero se hunden bajo el peso de rencor que se va acumulando en el interior. Poco a poco se encierran en su mundillo de compasión hacia si mismos hasta llegar a una parálisis social.

¡Corta y suelta las pérdidas y muévete hacia delante! Nuestro llamamiento es ser luces en un mundo oscuro, y el mundo es bien oscuro…

Me gustan las instrucciones que Jesús dio a sus discípulos cuando les envió a los pueblos de Israel: Si alguien os recibe, haced vuestro trabajo allí; si no, “sacudid el polvo de vuestros pies” y buscad otro lugar. Puedes pasar toda la vida contando por qué estás confinad@ a la cama o le puedes pedir al médico que extirpe tu cáncer. Tú decides.