22 julio 2009

¿Vale la pena la oración? pte. I


El movimiento "humanista" está en marcha de nuevo, emprendiendo una campaña publicitaria con el lema, "¿Quieres un mundo mejor? La oración no es necesaria."

Me encanta la respuesta, sencilla pero elocuente, que ofrece Pete Grieg, el fundador del movimiento "24-7". A continuación, un extracto de su perspectiva.

"Antes de que cerremos nuestras salas de oración, apaguemos nuestro sitio web y nos despidamos de miles de años de convicción judeo-cristiana, pensemos sobre este lema por un momento.

En Estados Unidos, la gran mayoría ora. En la supuestamente secular Europa, el 60% ora regularmente, en Londres la cifra asciende a un sorprendente 73%. Estas estadísticas por si solas elocuentemente ponen la premisa de que la oración es una pérdida de tiempo en tela de juicio.

...Me pregunto qué se logra atacando algo tan maravilloso como la oración. ¿Por qué alguien gastaría cientos de miles de dólares pretendiendo convencer a la gente de que somos meramente animales altamente evolucionados, enganchados a una roca gigante, dando vueltas irracionalmente en el espacio, condenados a una existencia insignificante, sin consecuencias morales, ni acceso a cualquier poder divino, sin esperanza? ¿Por qué no montan una fiesta masiva, o compran millones de mosquiteras para África, o instalan una pared de pantallas de plasma en cada depósito de cadáveres del país?

El novelista ruso, Dostoevsky, argumentó que "sin Dios, no existe la moralidad". Piénsalo: si no hay Dios, no puede existir el concepto de "mundo mejor" como lo que esta campaña publicitaria propone. En términos de evolución, un asesino en serie meramente está demostrando su supremacía sobre individuos más débiles y declarando su derecho a dominar la acervo genético. Y, aunque hubiera significado en un universo ateo, a menos que el humanismo pueda cambiar corazones, restaurar matrimonios, romper adicciones, sanar memorias dolorosas, cambiar motivaciones, borrar la culpabilidad, inspirar arte magnífico y despertar visión como Jesucristo, sus ambiciones utópicas son algo “naïve”, por no utilizar términos más fuertes..."

(Si quieres leer el artículo en su inglés original, pincha aquí́. Si te gustaría ampliar la información en español, envíame un comentario. ¡Hay mucho más!)

13 julio 2009

Crónicas Americanas IV: El Gran Noroeste

Para muchos Europeos, cuando piensan en los EEUU, las ciudades de Nueva York, Miami, tal vez San Francisco y Los Angeles son las imágenes más usuales. Pero los altísimos pinos, abetos y sequoias, y las majésticas montañas de hasta 3.500 metros hacen el Noroeste un mundo aparte. Mi mujer Patti, viene de Oregon y con puñados de nuestros parientes viviendo en Washington, tuvimos el privilegio de añadir a estos dos estados a nuestro itinerario.

Llegamos justo en mayo durante el brote de flores increíbles por su color y abundancia. Todavía estaba nevando en las montañas, ofreciéndonos paisajes espectaculares.

En Oregon, no hay impuestos tipo VAT! Es un paraíso para campistas y hippies que pueden crecer su propia marijuana en las colinas y más o menos hacer lo que quiera en las verdantes y valles oscuros del oeste del estado. El modo de transporte típica es la camioneta, con escopeta y hacha colgado en la ventana trasera para demostrar hombría y quitar los troncos que pudieran haber caído en la ruta hacia tu cabaña o remolque. Literalmente, Patti y yo vivimos en una cabaña de troncos en nuestros primeros años de matrimonio allí! Algunos inventan otras maneras de viajar como este tió con todos las comdidades presente en su barco-casa. Bueno...

Claro, hay ciudades modernas como Portland (donde Rudy Fenández es todavía el héroe de turno para los Portland Trailblazers equipo de básket), pero es el sabor rústico que tipifica este estado que comparte frontera con California.

La única nota negativa fue un episodio de la gota, que me redujo a un cojo, con bastón incluído. Navegaba los terminales aeroportuarios con sillas de ruedas que me hacía sentir viejo y ridículo pero, de verdad, pudimos embarcar primeros en los vuelos que no fue mal!

Con la presente, concluímos nuestras crónicas de América. Espero que hayas dsifrutado de estas pinceladas de la vida más allá del atlántico y que tal vez puedas acompañarnos en un próximo viaje.